
Después del Cisma
La división de los dos grandes grupos dentro del PLD, no solo afectará su membresía sino que incidirá en todo el ordenamiento político del país, incluyendo a las instituciones gubernamentales que, necesariamente, serán removidas por la sustitución de algunos de sus mandos. El cisma en ese partido tiene muchas aristas, las mismas se fueron generando por más de dos décadas de gobierno donde la ingratitud y el engreimiento socavaron su base ideológica.
En política la amistad y los acuerdos no recorren grandes trechos en el tiempo, los cambios que pudieran efectuarse, dependen de las circunstancias, las alianzas y el manejo de las militancias y/o simpatizantes. La división producida en el seno del PLD no obedece a aspectos ideológicos mas bien tiene su origen en el engreimiento de sus principales dirigentes después de la ausencia de su líder fundador. Si tomamos los juicios de la profesora Emily Zitek, de la Universidad de Cornell, New York, expresa: “No esperes que puede hacer entrar en razón por la fuerza a las personas que tienen un fuerte sentimiento de engreimiento. El problema fundamental aquí es que las personas engreídas creen que merecen más de lo que otras personas creen que merecen”.
En el caso de las dos facciones del partido en el gobierno, tanto la que se fue como la que se quedó con el control de la cosa pública, sus principales figuras comienzan a lanzarse dardos envenenados, denostando las actitudes y actuaciones de unos y de otros.
Entre las diatribas emanadas de cada una de las facciones peledeistas se esgrimen artículos de las leyes 33-18 y 15-19 sobre el régimen electoral dominicano, donde se acusan de las debilidades de las primarias recién celebradas, por un lado y, la inhabilitación de postularse, por otro.
Ambos grupos podrán argüir que sus posiciones son las correctas, pues los dimes y diretes tendrán que concentrarlos a las apetencias de poder mostradas en el ejercicio de la administración de los recursos públicos, pero lo que posiblemente no lleguen a “tirarse los trapos” para conocimiento de la opinión pública, son las acusaciones relacionadas con actividades corruptas, ya que esas acusaciones no les conviene a ningunas de las facciones en pugnas. Parafraseando a Carlos Marx: “Las clases no se suicidan”. En realidad lo que dijo Marx, fue que los miembros de una clase para lograr mantener el control político, económico y social realizan acciones tan contraproducentes que llegan a poner en peligro la pervivencia de los involucrados
Julio Gutiérrez